3.8.2023

Cuando se nos olvida por qué usamos agilidad

Agilidad
8 min. de lectura
Comparte

Cada día escuchamos más que las distintas organizaciones, sobre todo aquellas en contexto de transformación digital, están implementando agilidad, ya que durante los últimos años ha ganado gran popularidad en el ámbito del desarrollo de software y en la gestión de proyectos, nos ofrece flexibilidad, colaboración y un desarrollo iterativo, ¿Suena maravilloso no?

Efectivamente, el manifiesto ágil nos propone una guía para poner a nuestro cliente en el centro, maximizar su satisfacción, adaptarnos a sus necesidades y tener equipos de trabajo más efectivos y autogestionados.  Pero a pesar de todo esto,  ¿Por qué no se están viendo los beneficios de  trabajar bajo este mindset?

Una de las principales razones por las que la implementación de la agilidad no es adecuada en las organizaciones, es porque recuerdan la forma pero no el fondo, es decir, se concentran en las prácticas superficiales; como realizar dailys (muchas veces de 30 a 40 minutos) o trabajan con un proyecto con un alcance totalmente definido, pero en sprints. Así, desatienden por completo el manifiesto y sus principios y valores, olvidando el porqué nos juntábamos cada día 15 minutos o por qué desarrollamos en sprints, perdiendo de esta forma los principales beneficios que entrega la agilidad.

Otro de los motivos que me ha tocado ver en estos años, es la resistencia al cambio y el mal manejo de este  al tratar de “implementar” una nueva cultura organizacional. Muchas veces se trata de imponer nuevas prácticas, sin hacer parte a los equipos del proceso y de la toma de decisiones, dictando órdenes y esperando que las personas se adapten, imponiendo una cultura sin tener en cuenta que esta se construye entre todos.

Esto genera, en primer lugar, un rechazo frente a todos los cambios que se quieran ejecutar y, por último, que las prácticas que en efecto se logren implementar sean superficiales olvidando nuevamente el fondo.

Se debe recordar que no solo es suficiente hacer partícipe a la organización de estos cambios, porque para que la implementación funcione, es necesario también tener una comunicación clara y una formación integral en los equipos de trabajo. Para que ellos, teniendo claro los principios y valores, puedan ser parte importante de este cambio cultural. Sin una comprensión clara del manifiesto, los equipos pueden tener dificultades para alinear sus esfuerzos y seguir la agilidad de manera consistente. En consecuencia, las organizaciones pueden presenciar una falta de transparencia, falta de comunicación y así, una vez más, no obtener los beneficios de la agilidad.

Pero aun cuando tengamos equipos organizados y que manejen el manifiesto la implementación puede fallar, porque es necesario que el cambio sea apoyado por todos los niveles de la organización. Si los  gerentes o directores de las organizaciones no apoyan o no entienden la profundidad del cambio, y en consecuencia no ponen gente capacitada o no otorgan los recursos necesarios, el equipo no se entregará por completo al cambio y estos serán superficiales. Caeremos nuevamente en el olvido del porque queremos este cambio y nos quedaremos con la forma.

Por otro lado, cuando los directivos están de acuerdo con el cambio pero no tienen un conocimiento de los principios y valores, entonces gastan cientos de recursos comprando herramientas que convertirán su organización en una más ágil! Pero no entienden el objetivo de tener estas herramientas,  los valores y pilares que respaldan, dejan de lado el factor humano y no contribuyen en el crecimiento de la mentalidad ágil. Por lo cual, la organización puede perderse los reales beneficios de trabajar con agilidad.

Si bien tener herramientas, recursos o conocer el manifiesto nos dan una base para que las organizaciones puedan implementar el cambio de cultura de forma exitosa, la falta de cualquiera de estos parámetros puede desencadenar en el fracaso del proyecto.  Para poder beneficiarnos de la implementación de esta mentalidad se debe tener un enfoque desde todas las perspectivas, considerando siempre que es un proceso evolutivo y no un cambio que ocurre de un momento a otro.  Es importante, darle el tiempo necesario a las personas para que logren entender el cambio y el porqué les traerá beneficios, capacitarlos e impulsarlos hacia la innovación, que el foco sea el cliente y sus necesidades, las cuales siempre están cambiando.

Por
Soledad Galleguillos
Agile Coach Nectia
Ingeniera Civil en Computación, con todo el foco puesto en difundir agilidad y Management 3.0. Fiel creyente de que los equipos felices y motivados entregan los mejores resultados.
Comparte